lunes, 27 de abril de 2009

A Medias

El domingo completé un long run de 27k por primera vez en mi vida. Gran parte del recorrido lo realicé con H, quien me hizo caen en la cuenta de CUAN cerca está la Maratón de Montevideo.
Si cuento el "tapper", ya estoy a mitad de camino (NdeR: se le denomina "tapper" al período previo a la competencia - usualmente, la penúltima y última semana - en la que se baja la carga de entrenamiento con el fin de que el cuerpo "absorba" el trabajo y llegue descansado a la carrera). Y hablando de mitades, el próximo domingo se corre la Media Maratón de Punta del Este, que figura en mi plan como parte del entrenamiento.

No puedo dejar de pensar en como todo es tan relativo.
La única Media que corrí fue la de Piriápolis 2007, y recuerdo los nervios y la expectativa que tenía ya desde la semana previa. Me parecía una hazaña lograrlo.

Hoy la cosa es muy distinta. No vayan a pensar que le he perdido el respeto a 21k, no señor.
La diferencia está en como está clasificada. Esta Media es un objetivo intermedio, apenas un mojón más de tantos que, sumados, me llevarán a mi GRAN meta: Montevideo 42k.

Cada día, esa meta se hace más presente y ocupa más espacio: llena los pensamientos, las conversaciones y las planificaciones.
El domingo comprobé que pasé lo que en aeronáutica llaman "Punto de no retorno". En ese punto, hay que decidir si dar la vuelta o de lo contrario, el combustible no alcanzará para retornar al punto de salida.
O sea: ya llevo entrenado más de lo que falta para completar el plan. Si no hay lesiones por delante - Filípides no lo permita - sólo un terremoto o cataclismo similar pueden apartarme de esa Maratón.

En la puerta de la heladera está el plan de entrenamiento. Prendido con imanes, convive con el número de delivery del super y los dibujos de Lala.
Sobre la heladera, tengo un pequeño marcador verde flúo.
Cada día de entrenamiento, luego de la ducha, voy a la puerta de la heladera y repaso con el marcador el renglón que corresponde a ese día.
Después, miro. Miro cuanto he hecho, miro cuanto falta. Me inquieto, me emociono, me alegro, me impaciento, visualizo la largada, visualizo la llegada, visualizo mil situaciones en medio de esos dos puntos.
Entonces, abro la heladera e invariablemente, termino comiendo algo que no debo...

4 comentarios:

  1. No me hagas acordar lo cerca que están todas las fechas, empezando por la de la 1/2 de este fin de semana!!! (y yo sin haber empezado a entrenar prolijamente todavía...)

    Voy a probar con tu técnica del plan puesto con imanes en la heladera, ahí seguro lo voy a ver!!!

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  2. Lo prohibido se vuelve tentador, asi dicen.
    No me afloje ni abajo del agua que los 42K estan ahi, ahiiii.
    Nos vemos este domingo en la 1/2 y recuerde lo que le dije; los Kms que necesite la acompaño en los 42K.

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  3. 42k??? Confirmo mi sospechas del comentario anterior, usted se me esta endrogando se me esta!!
    Y aun corriendo 42k hay cosas prohibidas n la heladera, que infamia la vida!!
    Pero bueno si es lo que usted quiere le deseo todos lo éxitos, no me ofrezco acompañarla ni una cuadrita por que temo que su hazaña se vea interrumpida por el exceso de Cadbury que padezco.
    ¡Saludos y a correr que se acaba el mundo!

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  4. Matute: el secreto está en SUSTITUIR los imanes del delivery de Las Delicias, La Pasiva y similares por el Plan.
    Y las fechas se acercan aunque uno no hable de ellas...A ENTRENAR, VIEJO!

    Anónimo: no vaya a creer, algunas cosas están prohibidas y no me tientan! Pero las de la heladera son una lucha diaria.
    Agradeceré la compañía en los 42k. Identifíquese en ese momento, por favor!

    Una Más!: dicen que las endorfinas que segregamos cuando hacemos deporte son auténticas drogas estimulantes. Ahí cerraría.
    Digamos que una no rinde lo mismo comiendo pasta seca con aceite de oliva y nueces, que clavándose una milanesa con papas fritas con helado de postre.
    No sería correcto decir "prohibido", más bien debería decir "inadecuado".
    Mire usted, no suena tan mal ahora...

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