lunes, 24 de mayo de 2010

Las ganas, ese maravilloso motor



Me dieron ganas. Simplemente.
De volver a entrenar. Y a escribir.
Y con eso, ha sido bastante.
Los horarios que parecían imposibles de coordinar, se van acomodando.
El tiempo que le voy sacando a otras actividades, se ve compensado por la alegría de volver a correr "como antes" (NdeR: lento, descoordinado y con inconmensurable felicidad).
Ayer completé la segunda semana del plan del Coach para hacer realidad mi Maratón nº2: Punta del Este 2010.
Ayer, después de dos sufridas semanas, mi cuerpo se acordó de como corría y las piernas fueron más livianas.
Y el corazoncito lo disfrutó.
A casi un año de aquel debut en la Maratón de Montevideo, la misma Rambla, el mismo Ipod, la misma lloviznita y otros amores que tantas veces me acompañaron a entrenar.
Acaso yo ya no-tan-la-misma, pero las ganas están intactas.
Y más que nunca se hace patente aquello que mi amiga Tamara supo decirme hace ya tiempo: de tantas cosas que se pueden perder, no debe haber peor dolor que perderse a uno mismo.
Pues ni tan perdida estaba yo, que apenas a 16k ya me había encontrado...