viernes, 30 de enero de 2009

Un rato lejos del mundo

(llegada triunfal, superando la cuesta de "La Serena". Detrás de los árboles se puede ver la ruta 26)
(últimos metros con la mayor como pacer de lujo!)

Hoy vamos a hacer "doblete".
Es que se me están acumulando temas y canciones. Temo olvidarme de detalles importantes, así que he decidido unificar posts y hoy (junto al Bonus Track correspondiente) les va el relato de mis mini vacaciones en el interior de la República.

Arrancamos el sábado a la mañana, con un previsible retraso de una hora. Ni me agité.
Cuando tenés al menos 5 horas de viaje por delante, un poco más tarde o más temprano... es anecdótico.
Luego de un viaje tranquilo, llegamos a Melo: la auténtica ciudad que "nunca duerme" (NdeR: es de los pocos lugares - tal vez el único en Uruguay - cuyos boliches abren TODOS los días).
Pero para una madre deportista el peligro no es "la noche": el auténtico flagelo es el sedentarismo y el arroz con leche de mi suegra.
Afortunadamente, en este tiempo la ciudad ha ganado plazas y paseos disfrutables para hacer con las peques (factor sedentarismo: neutralizado).
Desafortunadamente, el arroz con leche de mi suegra sigue siendo exquisito y todavía no ha desarrollado una versión light...

Claro que si hablamos de "cosas-para-hacer-en-Melo", la "cosa" por excelencia es ir a la chacra.
Es un lugar mágico, bendecido con las mejores emociones humanas.
Paz, armonía, contacto con el ser propio y con los demás, observación del orden natural, disfrute del aquí y el ahora...
Hemos caminado muchas veces por sus campos, su cañaveral, el costado de sus lagos ("azudes", como los llaman allá)...
Una cosa me quedaba pendiente: correr en Melo, por la ruta hacia la chacra.

El domingo 25 estaba pautado el inicio del Dukeplan (NdeR: en próximos posts habrá comentarios al respecto) y la oportunidad era perfecta: correría los 7k que separan la ciudad de la chacra, por la Ruta 26.

(Les linkeo este mapa de rutas nacionales, para que encuentren la 26 y se hagan más a la idea)

Sólo surgió un detalle: ni bien terminé de atarme los championes, una lluvia importante comenzó a caer.
Digamos que antes de ser corredora no era muy amiga de la lluvia. O sea: sí me gustaba, pero de lejos. Como me pasa con la mayoría de los animales.
El tema ese de mojarme no me agradaba nadita.
Pero confieso que corriendo es diferente. No hay que preocuparse por el peinado ni por la ropa. El agua fresquita reanima y el sonido genera un clima único.

Marido e hijas me dejaron en el mojón correspondiente. No deja de sorprenderme la naturalidad con la que mi familia ha comenzado a vivir mi actividad.
Allí estaban: un marido, una pequeña y otra aún más pequeña... dejando a una demente disfrazada de corredora bajo una tormenta cerrada, en plena ruta.

En segundos, ya estaba empapada. Afortunadamente, el calor ambiental y mi propia temperatura evaporaban rápidamente el agua.
Me calcé los auriculares y arranqué a paso firme. Me sentía fuerte y motivada por la "aventura".
La total soledad reinante me permitió ir cantando a grito pelado, sin sentir vergüenza.

Iba espléndida y tranquila. Por la banquina izquierda y con todos los reflectivos que poseo, para maximizar la seguridad.
Sólo un detalle se me había escapado: empezaron los relámpagos.
Ay, Dió!!! Miren que a mí no me asustan las tormentas. Pero al hacer un repaso de las condiciones en las que estaba... en movimiento...completamente mojada... y con el celular encima!!! Era un imán para cualquier rayo que estuviera cerca.
Traté de tranquilizarme y de apurar el paso. No quedaban más de 2k y yo iba bastante rápido, pero algunas cuestas pronunciadas complicaban el trámite.
"La rep***a madre! Quién me manda a mi??? Por qué mie*** no puedo quedarme en casa cuando llueve, como la gente normal???".

Minutos después, todo cambió. Apenas una llovizna. Frente a mí, el cielo empezaba lentamente a abrirse y las nubes se iluminaban.
La chacra estaba a la vista, lejos aún, pero ya visible.
El resplandor se hacía más intenso, hasta que algunos rayos se filtraron a través de las nubes.
Ya veía nítidamente la gran loma de la chacra, el azude principal, con su bosque de eucaliptos...

No pude evitar emocionarme. Tantas veces hice ese recorrido en auto, que casi había olvidado el vértigo que sentí en el estómago el día que Jota me llevó a conocer "La Serena" (NdeR: tiene otro nombre, pero a mí siempre me pareció que tenía que llamarse así).
En ese instante, era como si volviera a verla por primera vez. Estaba descubriéndola otra vez.

El azude estaba lleno de aves. Con poquísima agua, por la sequía.
La lluvia que estaba terminando había animado a los patos, las garzas, los chajá.
Mientras subía la loma, me saqué los auriculares.
Ustedes dirán que estoy loca (y lo estoy), pero juro que el lugar estaba "cantando".
Sí.
El viento que pasaba por los eucaliptos y el agua, mezclado con los sonidos de las diferentes aves...y nada más. Hasta el crujir del pasto mojado al pisarlo se escuchaba fuerte.
Un silencio enorme.

Un poco nerviosos por la tormenta, todos me esperaban. La mayor sale a recibirme y recorre los últimos metros a mi lado.
Otro regalo...

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No estaba en la "playlist" elegida para la ocasión, pero visto en perspectiva es una canción hecha a la medida de este relato.
Y porque tengo ganas de recomendar una de mi banda de cabecera!

CARRETERA PERDIDA - Buitres

Vale cantar. Buen finde.

miércoles, 28 de enero de 2009

Un amigo se hizo un lifting...

(minutos después de ser retocado por la mano maestra de Elefante: nueva vida para Señor Sol)
(así estaba cuando llegamos al estudio: poco quedaba de la obra de Cocoa)

Señor Sol nació en el invierno de 1997, en una de las épocas más conflictivas de mi vida.
Desde entonces, su cara de Buda sonriente me ha acompañado y ha sido mi "adorno" favorito.

Fue obra de Cocoa, célebre tatuador de la época. Lo elegí porque fue el único que no me tiró una pila de biblioratos con diseños predefinidos.

"Quiero un sol", le dije. Él agarró un lápiz, una hoja en blanco y dibujó a Señor Sol.

Casi doce años después, ya no era el mismo. La tinta expandida no dejaba ver sus múltiples detalles y toda la "vida" que Cocoa le había dado a sus rasgos era imperceptible.
Había que hacer el "retoque".

Pero quién lo podría hacer? (NdeR: la última vez que había visto a Cocoa fue en el verano de 2000 en Cabo Polonio).
Mis decisiones acerca de los tatuajes se resuelven más o menos así: paso tiempo (años) pergeniando la obra. Una vez decidido, un día cualquiera, establezco que tiene que ser ESE día y salgo a buscar al ejecutor. Generalmente, me decido por el que genera más empatía. Tengo una lista de talentosos, de ellos elijo al que me parece que me entendió mejor.

Recordé mi anterior intento de retocar a Señor Sol. El "elegido" fue Elefante, que entoces tenía su estudio en la esquina de casa.

Tanto tardé en decidirme, que cuando lo hice el hombre había tomado su equipo y cambiado de dirección.

Gracias a San Google, pude ubicarlo y nos reunimos para ver "el caso".
"Quién te hizo este sol?", preguntó enseguida. Me preparé para la clásica defenestración del trabajo de la competencia.
Para mi sorpresa, a mi respuesta le siguió una gran sonrisa de satisfacción: "Yo todavía tengo alguno que él me hizo!!!", respondió.

Genial! Estaba en presencia de un discípulo, o al menos un admirador. Iba a honrar el trabajo hecho.
Expresé que sólo quería un retoque para revivirlo, que no quería taparlo (NdeR: la técnica de "Cover up" es muy utilizada en tatuajes: se realiza uno más grande que cubre al original o bien se le hacen diversas modificaciones a éste. Muy útil para tapar nombres que han quedado en el pasado...la gente insiste en hacerlo!).
Debí suponer que un alma creativa no se conformaría con restaurar el laburo ajeno.
Pidió permiso para expresar una sugerencia y con marcador negro comenzó a dibujar sobre mi espalda. Interesante resultado.
Modificando y agregando, llegamos a un diseño satisfactorio para ambos.

Claro que era todo un desafío para mí: no era lo que tenía planeado.
Pedí 24h para pensarlo.
Vencido el plazo, le envié un sms: "Ok, se hace. Jueves 15hrs está ok?"

A Señor Sol le sienta bien la compañía. Ya no queda tan perdido en un punto de la espalda (NdeR: hace doce años era muy complicado tener un tatuaje y trabajar en una multinacional. Tenía que estar en un lugar fácilmente ocultable).

En este tiempo, Señor Sol ha recorrido muchos y muy diferentes caminos.
Un lenguaje tahitiano de olas, brazos y ojos dibujan la estela que ha dejado en ese recorrido.
La estela muestra dos estrellas: los dos grandes y brillantes hitos en la vida de Señor Sol.

"Me encanta, aunque ya no sea el mismo", le dije a Elefante mirando su obra.
"Seguro vos tampoco sos la misma", me contestó.

viernes, 23 de enero de 2009

Mové ese mondongo!

Llámenme víctima del marketing, pero mi carrera favorita es la Nike 10k.
No sólo es la más popular, la que más marca presencia desde semanas antes, sino que también suele ser la primera que "engancha" nuevos corredores.
Algunos llegarán jurando no volver a correr nunca más. Otros dirán que estuvo bueno, pero no se calzarán los championes hasta un año después. Y otros descubrirán una sensación intransferible (e incomprensible para el resto): pensar en la próxima carrera ni bien se cruza el arco. Once a runner, forever a runner...

No muy lejos en el tiempo, el 12 de noviembre de 2006, la Nike 10k se convertía en mi primera carrera.
Hacía casi 8 meses que había sido mamá por primera vez y había empezado a correr para bajar de peso. Nunca creí que superaría la semana de entrenamiento ni dos mojones seguidos sin doblarme de dolor en el costado. Y sin respiración.
Pero pude. Y corrí la Nike. También la del 2007, embarazada (sin saberlo) de mi segunda hija.
Por eso, la Nike 10k 2008 fue muy especial. Festejé mi 2º aniversario como corredora y mi retorno "oficial" a las carreras, luego de mi reincidente maternidad.
Y de yapa, dos eventos la hicieron más especial aún: compartí la primera carrera de mi hermana y mi cuñado. Y conocí en persona a quien hasta ahí era un personaje en la pizarra de Trotamundos: H.
Fue ella quien recordó el Bonus Track de hoy, y quien se dió a la tarea de encontrarlo y compartirlo. Gracias eternas por la colaboración y la fidelidad hacia este blog :)

Este tema sonaba en la previa a la largada y está ideal para la entrada en calor, el regenerativo o el pace paseo (o sea, el mío habitual).
Para todos los que siempre estamos luchando contra el brazo fofo, el trasero-almohadón o el rollo rebelde: un himno para sacudirse sin complejos!

BIG GIRL (YOU ARE BEAUTIFUL) - Mika

Vale cantar.

miércoles, 21 de enero de 2009

Barro y sudor chic - Salomon 17k aventura - etapa 1

(en la foto de izq a der: Ale B, Popotitos y Elba Reel en carrera)

En un post anterior hablaba de los relatos de carreras. ¿Recuerdan que les dije que no se asustaran, que no los iba a hacer leer los míos?
Bueno, les mentí.
Es que no sé como hacer una reseña de la carrera sin que termine siendo un relato!!!
Nací sin capacidad de síntesis.
Así, pues... aquí les dejo la crónica en cuestión, con la posibilidad de que no la lean si no tienen ganas y la esperanza de que la disfruten.
Hasta el viernes, que toca Bonus Track.
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Si algo me faltaba para certificarme como desquiciada, era correr una carrera aventura.
La cosa más o menos es así: Ud. se levanta muy temprano un domingo, conduce por más de 100k para llegar al punto de largada y básicamente se somete a cosas que, habitualmente, una persona normal tiende a evitar.
Corre por la playa con frío, lluvia y viento en contra. Se mete por senderos empinados, rocosos y llenos de ramas. Le agarra el hambre justo al pasar frente a la terraza de unos lugareños que desayunan copiosamente. Se mete (con el par de championes que tanto cuida) en un arroyo y lo atraviesa como si no hubiera puente.
Encontró alguna definición breve? “Sufrir” le iría bien? “Masoquismo”? “Hay gente que no tiene nada que hacer”? A priori, consideraría acertada cualquiera de las anteriores.
Pero, para mi sorpresa, es una experiencia alucinante y ya rankeó en mi top3 de carreras favoritas.
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Todo comenzó mucho antes del domingo 18 a las 10 am. Exactamente, comenzó a la llegada de la SFyS. Decepcionada como estaba por mi fallido intento de bajar la hora, el Carpincho no encontró mejor consuelo que invitarme a una carrera aventura en enero. “Dale, vení! La corremos con el Pingüino y nos cag**** de risa un rato!”.
“Ni en pedo”, contesté dando por cerrado el tema. La experiencia más cercana había sido una de 5k por la arena, organizada por Motociclo hace dos años. Casi me muero.

Sin embargo, ávida de nuevas experiencias, decidí darle una oportunidad a la Salomón. No así al Carpincho y a mi Coach, que me alborotaron con la carrera y después se quedaron en el carnaval carioca del casamiento de Marce!!! (NdeR: por el aprecio que pese a todo les tengo, voy a obviar aquí los detalles de los entrenamientos y de las censuras maritales que son por todos conocidos…).

Así, pues: inscripta, entrenada y con kit (en ese orden), partí con Jota y Clara hacia PDE.
Creo que llevábamos cerca de dos meses sin lluvia, pero desde la madrugada no paraba una lloviznita constante y molesta. De los 34º del día anterior, ni rastro. Del sol, menos. El viento hacía coletear el auto. Murphy nunca duerme.

Llegamos con bastante tiempo. Nos encontramos con Ale B y Popoto.
Mientras charlamos y me pongo vaselina, aparece el Troterío. Rafa H, Mauro. Más adelante: Edgardo, Dr. Ironman, Colo, Pato, Tato, Chile.
Al pasar veo a Ariel B, calentando a conciencia. También llegan Viru y Toto (con pelo corto!) y finalmente Barba, de dudosa procedencia. Fotos y más fotos, con el Troterío y con mis amores.
Nos vamos a zona de largada y estiramos un poco. Conversamos mucho. Gritamos más.
Aprovecho para poner la “playlist” en “boca” para la salida.
Gente paquetísima por todos lados, perfectos y equipadísimos. En total seríamos algo más de 400 personas. Nada mal para el tipo de carrera y el clima.
Gorzy anuncia la cuenta regresiva. Choque de manos, “buena carrera!”…LARGAMOS!

Rápidamente, quedé junto a Ale y Fabri que parecían ir en la misma que yo: de paseo.
Primer tramo: playa. La llovizna persistente y el viento en contra hacían que la arena pesara mucho. Afortunadamente, será alrededor de 1k.
Por otra parte, el espectáculo de la olas rompiendo saladamente era, sencillamente… impresionante.

Ya pisando terreno firme, se presenta el segundo desafío: fuerte cuesta hacia la entrada del Arboretum. Antes de encarar la subida, los bocinazos y gritos de aliento de Jota. Tiene a Clara a upa. Le grito y sonríe. Divinos.
Corro la cuesta por unos metros, pero se hace difícil avanzar sin “quemar aceite”. Rápidamente recapacito: “que m***** estoy haciendo?!?!? Me voy a quemar de entrada???”. Le hago señas a Ale (Popoto decidió trepar a su paso y esperarnos en la cima) para que siga y empiezo una enérgica caminata.
Resultó bastante efectiva, dado que muchos que iban corriendo a mi lado no sacaban ventajas significativas.
Ingresamos al Arboretum, un lugar soñado. La lluvia se intensificó, pero la temperatura era agradable y el olor a madera mojada se disfrutaba a pleno.
Pese a ser fan del sol, tuve que concederle razón a Ale, cuando apuntó que si el día hubiese estado parecido a los últimos, ya estaríamos calcinados.

Ya camino a la Laguna, los senderos se hacían más agrestes. Piedras, raíces, declives pronunciados y hasta árboles caídos conformaban el nuevo tramo.
Enseguida, un sendero abierto y plano da respiro. Hacemos “parada en boxes”, aprovechando la vegetación.

Salimos a la ruta e inmediatamente ingresamos al predio del Club del Lago. Allí el espectáculo es arquitectónico. Casas hermosas con cuidadísimos parques sobre la Laguna del Sauce. De locos. Notamos una similitud en el estilo de las casas que no debe ser casual. Cada cual elige su favorita.
Algunos “lugareños” salen a curiosear. Otros desayunan en sus terrazas. Todos nos dan envidia.

Ya habíamos pasado por un prolijo puesto de hidratación (con botellitas!) y ya se acercaba el segundo. Frutas cuidadosamente cortadas y dispuestas, y vasos grandes de Gatorade (y había Cool Blue!). Menciono especialmente esto, ya que la porción de Gatorade era similar a la habitual, pero el hecho de que el vaso fuese grande permitía seguir trotando o caminando rápido sin derramar la mitad. Bien hecho.
Elijo media banana y la acompaño con el brebaje azul. Yum, yum.

Con las energías repuestas, volvemos a salir a la ruta. Ale me dice “Ese no es Jota?”. Como siempre, el “Hombre-brújula” se las arregló para encontrar el punto en el Google Earth que tiene adentro de la cabeza.
Fotos y ánimos. Llevamos 13k y me siento realmente bien. Sonrío sin esfuerzo para sus flashes.

Nos aproximamos al último puesto de hidratación y junto con la botellita, recibimos una linda sorpresa: el cruce de un lago-arroyo-o curso de agua similar por debajo de su puente. Ahhhh, sí. “Pobres Pegasus”, suspiré resignada…
Con Ale a la cabeza, empezamos a atravesarlo lentamente. El agua estaba templada y apenas turbia. En su parte más profunda, llegaba un poco por sobre mis rodillas. Un charco, como quien dice.
Lo molesto era el fondo, conformado por piedras en formato cascote. Grandes e irregulares, había que ir con cuidado para no tropezar ni resbalar.
Concentrada y todo, una roca inesperada me hizo perder el equilibrio. “El celulaaaaaar!!!!” pensé en una décima de segundo. Lo llevaba en el brazalete y con tal de protegerlo, apoyé la pierna contra la roca. Sentí el golpe, pero seguí adelante sin problema.
Popoto, preocupado, decidió llevarme de la mano el resto de la travesía acuática.
Ya en la orilla, Ale nos miraba avanzar despacito.
“MIRÁ LAS COSAS QUE TENGO QUE HACER PARA PODER DARLE LA MANO A TU NOVIOOOOO!!!!!”.
Al salir del agua, constaté que el golpe con la piedra había dejado una herida a unos 10 cm de la rodilla. La Salus que me quedaba en la botella fue el mejor desinfectante que encontré. “El dolor pasa, la Gloria queda”, ya lo dijo el Pichón.

Al ritmo del “chuingui, chuingui” de los championes empapados, rumbeamos hacia la etapa final: aproximadamente 2k por la arena de Solanas.
Saqué las pasas de uva y los tres repusimos energías.
Ya en la playa, la diferencia con el inicio de la carrera era la ausencia de lluvia y los 15k que teníamos encima. El viento seguía igual.
Me sentía espléndida, lo cual me hacía dudar sobre la distancia que restaba. Pero parece que faltaban 2k, nomás.
La pareja andina empieza a sacar ventaja y dan vuelta para ver si los sigo. Decido que tengo ganas de disfrutar y no de exigirme nada, así que les hago señas de que sigan, que estoy ok. Pronto empiezo a verlos más chiquitos y, como tantas veces, somos el camino y yo.
Los sonidos del mar se hacen sentir aún por encima de The Black Eyed Peas en el mp3. Me saco los auriculares para no perderme ese momento.
El ruido de las olas rompiendo se entrevera con el golpeteo de los championes en la arena. Sublime.
(NdeR: pido disculpas si me puse extremadamente paloma en este último párrafo. Son los momentos como éste en que vivo el running como una verdadera conexión conmigo misma y con elementos que, en otras circunstancias, me son indiferentes).
He aflojado el paso, pero sigo teniendo una gran sensación de bienestar.
Lo disfruto y no me interesa apretar el paso ni estresarme con los tiempos. Ni siquiera estoy ansiosa por llegar. Uno de esos instantes (no muy frecuentes en mi) en que siento que podría seguir corriendo por siempre.
Y hubiera seguido de largo, si no fuera porque pude ver a los andinos doblando a la izquierda. Sobre el médano se veía el arco blanco de la largada-llegada.
“Uia, ya está?”. Escucho gritos y aplausos de mis compañeros. Llego saludando como si fuera la mismísima Miss Punta del Este. 2h 11’ para mi primera carrera aventura. Creer o reventar que cuantas menos expectativas uno tiene, mejor salen las cosas.
Fui a correr algo distinto…y ahora las carreras aventura tienen una nueva seguidora!!!

Ya les dije cuando es la próxima??? 7 de junio en la Sierra de la Ánimas. Habrá que empezar a ahorrar para el outfit…



PD: FELICITACIONES a los organizadores. Recorrido espectacular, muy bien señalizado (incluso con indicadores de “peligro” en las zonas más riesgosas), con puestos de frutas e hidratación abundantes y bien ubicados (confieso que a priori me parecían pocos, pero me equivoqué). Hasta el chip resultó cómodo de llevar en la banda con velcro! Sólo dos puntos en contra: me decepcionó un poco la camiseta del kit y las medallas no alcanzaron para todos (prometieron entregar las faltantes a partir del miércoles). Arriba con la etapa 2!!!

PD2: Gracias al Troterío por hacer más disfrutable cualquier carrera. A Ale B y Fabri por la compañía durante todo el recorrido (un grande el Popoto que cargó mi campera al menos 15k). A Viru por curarme la herida de la pierna (te quiero, Flaca!). Al Carpincho y al Feathered Coach por convencerme de que podía correrla (se los extrañó). A la Ingeniera Vicky, mi estimada H y el gran Lechuga que no ahorraron llamadas ni mensajes para hacerme llegar sus ánimos!!!

PD3: GRACIAS a mi familia adorada por acompañarme en una demencia más (y van…). Mi Santo Marido que me llevó y se quedó con Clara toda la carrera, además de perseguirme para sacar las fotos, alentarme y aguantarme la previa. Mi mami que se quedó con Pilar. Mi hermana y cuñado que estuvieron pendientes y me prestaron una riñonera brutal que no usé…QUE LOGÍSTICA QUE TIENE ELBA REEL!!!

viernes, 16 de enero de 2009

Los viernes son de bonus track

Mi objetivo deportivo más próximo es la 17k Salomon, una carrera tipo aventura (esto es por terrenos como arena, bosques y balastro) en Punta del Este.

Esta será la primera de las tres etapas que se realizarán a lo largo de 2009, y se corre este próximo domingo, 18 de enero.

Como es de imaginar, estoy entrenando tanto como puedo para el evento y muchas cosas han pasado en esos entrenamientos. Merecen ser contadas, pero para eso habrá que esperar a la semana próxima. Motivo?

He decidido que cada viernes publicaré un post con alguna canción recomendable para correr.

La marca Nike (siempre a la vanguardia de denominaciones onderas) bautizó como "powersongs" a todas esas canciones con un plus de energía, que nos hacen mover las piernas cuando aparecen las ganas de abandonar el objetivo...o la carrera, directamente.

Hay toda una teoría seria basada en los BPM (pulsos por minuto) que determinan la elección de una u otra canción de acuerdo al ritmo al que uno quiera correr.

Esto lo sabe bien un amigo, DJ Soundcollector, pero a mí no me pidan cuestiones demasiado técnicas. Lo mío es puro instinto.

Las recomendaciones que aparecerán aquí son fruto de mi experiencia personal y serán ustedes los que comenten después que tal les ha parecido.

Por ahora, va la primera: no sólo me hace correr con ganas, además me recuerda los viernes de "Justicia Infinita", programa de radio tan querido y añorado...



"THAT THING YOU DO!" - The Wonders

Vale cantar.


lunes, 12 de enero de 2009

Alta literatura


Soy una lectora compulsiva. Leo todo lo que pasa por mi campo visual. Todo.

Mi hermana llegó a preocuparse, seriamente, el día que me pescó leyendo los papeles de diario que envolvían los adornos navideños.

Como le sucede a todo el mundo, la maternidad redujo bastante mis oportunidades de lectura. Tal como apunta la genial Vicki Iovine en uno de sus libros, una madre reciente no lee nada que no pueda ser consumido en una visita al baño.

Con este panorama, las crónicas de carreras (o "reis ripors", como las rebautizamos en Trotamundos) fueron un verdadero hallazgo y una nueva oportunidad para Elba La Lectora. Casi sin quererlo, también fueron mi primer acercamiento a algo parecido a escribir, cosa que siempre he deseado y nunca me he atrevido.

No huyan despavoridos, no voy a someterlos a la lectura de mis "obras" (para eso tengo a mis compañeros de equipo).

En esta suerte de nuevo rubro literario, también hay genios. Gente con una capacidad descriptiva tal, que te lleva a visualizar el entorno del relato al detalle. Casi como estando ahí.

Así, un hecho que a simple vista es un montón de gente corriendo hacia un punto, se transforma en una epopeya de dimensiones cuando pasa por estos atletas literatos.

Llorar de risa y de emoción es una constante a lo largo de sus relatos.

Hay unos cuantos para nombrar (siempre es muy correcto decir esto antes de seleccionar a los que de verdad son capos), pero sin duda mis favoritos son: Ernesto Toubes, Carlos Martinatto (El Ramblero Solitario) y Alain Mizrahi (El Gusano).

Clickeando sobre sus nombres, llegan a algunos de los relatos que han sido publicados.

Si sos corredor, leé por lo menos uno de cada uno.

Yo recomiendo especialmente "Cómo joderse bien jodido en 32 lecciones", del Ramblero Solitario.
A quien no le ha pasado...

Disfruten.

viernes, 9 de enero de 2009

¿Qué necesidad?

Primera escena: 7 pm. Amamanto a la menor mientras armo una torre de bloques con la mayor. La comida pronta en la heladera, yo equipada con disfraz de runner. Al fin llega mi marido. Intercambio de besos e información variada. Salgo.

Segunda escena: 3pm. Traigo a la mayor del Jardín de Infantes. Calmo el llanto de la menor que se angustió por no verme un rato. Convenzo a la mayor de usar la pelela y no un pañal, a la vez que negocio ver la enésima repetición de Kung Fu Panda después de la siesta. Se calma la una, se duerme la otra. Me visto a lo loco, me unto filtro solar en cuanta piel veo. Afuera hay 40º a la sombra. Salgo.

Tercera escena: 9am. Marido y la mayor se van a sus respectivas actividades luego de baño-desayuno-vestirse-peinarse-llevar vianda-mochila-juguete elegido del día. Cierro la puerta y siento como si el mismísimo Tren Bala japonés me hubiera pasado por encima. La menor sabe que llegó su rato de exclusividad. Pide baño y desayuno (es un decir, ya que jamás pasa suficiente tiempo sin comer como para calificar de "ayuno"). Pronostican calor rajatierra para la tarde. Me equipo con mi disfraz de drifit. Meto a la menor en el carro, que por cierto no es uno de esos espectaculares de 3 ruedas. Hoy toca cuestas, serán divertidas con el peso extra del carro y de su ocupante. Salgo.

¿Cómo se llama la película? "Si querés ser la Sra. Ingalls, bancate entrenar a cualquier hora y en cualquier condición".

Por favor, que no se entienda como una queja. Lo hago porque me gusta. Ambas cosas: ser la Sra. Ingalls con championes y entrenar con protectores para lactancia.
Podría elegir no hacerlo (entrenar, porque de lo otro no hay vuelta). Y ahí está el quid del asunto: ¿qué lleva a alguien a correr por NADA, atrás de NADA? ¿por qué alguien dedica a esto tiempo, energía y dinero que a menudo no tiene?
Para estas preguntas, hay tantas respuestas como locos dedicados al running. Como la fe, no se impone por la fuerza (la prueba viviente son los championes de mi marido en el fondo del placard) y sólo quien lo experimenta puede comprenderlo.
Y así como la fe, está lleno de pruebas. Resistir al sillón con la tele enfrente, a quedarse cuando llueve, cuando hace frío o demasiado calor, resistir a los manjares para merendar un domingo por la tarde o a las miradas compungidas de dos niñas y un marido cuando salís por un par de km.
Todo entrenamiento o carrera tiene un momento donde la frase es "¿qué estoy haciendo acá?". Con suerte, la última frase es "que suerte que vine".

Pero no es fácil. Es un trabajo diario y de hormiga.
Y hay que aguantar cada cosa...
Ayer salí con la menor en el carro. Finalizado el entrenamiento, paré bajo los árboles para que el sol no la molestase y me puse a estirar.
A pocos metros, dos señoras tomaban mate aprovechando la misma sombra que nosotras. Una de ellas, indignada, le comentaba a la otra (en voz alta, para que yo la escuchara) que disparatado le parecía que corriera con aquella criatura tan pequeña en el carro. "¿Qué necesidad? - continuó - ¿No puede caminar y dejarse de pavadas?".
La menor seguía durmiendo plácida, como casi todo el rato que corrí con ella. Cuando advirtió la falta de movimiento, despertó con una de sus habituales sonrisas.
Allá marchamos para casa, relajadas por el descanso y el cansancio, respectivamente.