sábado, 31 de octubre de 2009

Por que sí! Por qué no?

Hacía tiempo que quería renovarle la carucha a Fiate...
El tema era que la plantilla de mis sueños no aparecía, o que a duras penas lograba hacerme tiempo para actualizar el propio blog...mire si me iba a poner a buscar plantillas!!!

Luego, la plantilla tan ansiada apareció. Buscando otra cosa, digamos que ella me encontró a mi.
Ahí pensé: "bue...ya que estamos, esperemos a enero y renovamos con la excusa del primer aniversario de Fiate".

Hoy me levanté pensando diferente.
No voy a esperar para darme el gusto.
Tenía ganas.
Lo que no pude fue terminar de agregarle componentes, como la lista de links que está incompleta. Prometo ocuparme a la brevedad.

Espero que les guste.
En un blog donde los vaivenes son casi un leit motiv, esa imagen anquilosada era (por lo menos) un contrasentido!

Hasta la próxima.

viernes, 30 de octubre de 2009

La lluvia cae sobre Montevideo...

...como se disfruta correr por Montevideo con lluvia.


El lunes tenemos simulacro de la Nike 10k con el Troterío. Llueva o truene. Vamos a ver si alguno se lleva este Bonus Track en la playlist...

Buen finde y buenas corridas para todos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Soltate y gritá fuerte, que viene la bajada


No vayan a creer que lo mío es andar dejando hijos abandonados por ahí.
No, señores.
Fiate es casi un tercer hijo, pero como no grita ni llora ni demanda, se ve a menudo desplazado por otros componentes de la vida de Mamá Elba. En especial, sus hermanas mayores.
Sin embargo, no fueron las niñas en este caso.

Mi repentina desaparición se debe a una buena noticia: he vuelto a trabajar.
Y ha sido un cúmulo de agradables sorpresas: no sólo estoy disfrutando mucho de haber vuelto "al ruedo", sino que me sorprendí con la rapidez y fluidez con que se dio todo el proceso.
"Sacudiste el currículum para que se secara la tinta de la impresora y ya te estaban llamando!!!", según mi hermana.

Lo cierto es que, a instancias de mi buena amiga Lola, lo que parecía de "difícil" a "poco probable" se convirtió en "real e inmediato": un buen trabajo, dentro de mi rubro, en un horario compatible con mis otros roles y en un lugar con posibilidades de crecimiento.
Qué más pedir? Nada, sólo agradecer.

El detalle era que mi lugar físico de trabajo todavía está "en construcción", y durante estas últimas semanas (entre las entrevistas, la confirmación del cargo y el inicio de las actividades) estuve bastante offline.
Adaptándome a la nueva realidad. Y adaptando a toda la familia.

Ya en pleno acomode, también apareció la solución mi problema de conexión con el cibermundo. Otra cosa para agradecer: tener cerca tan buenos amigos, que no escatiman recursos a la hora de ayudarme.

No ha sido un proceso sencillo, pero es muy disfrutable.
Y no es más que la constatación de lo que planteábamos en algún posteo reciente, acerca de esas subidas y bajadas que enfrentamos constantemente. Como si de una montaña rusa se tratara.

En esta suerte de "bajada" donde las cosas están fluyendo de manera positiva, vale compartir con ustedes "una buena", por todo el ánimo que me han dado cuando he sentido que el carro se me va quedando en alguna subida...

Gracias.

(ya sin excusas, espero estar retomando nuestra vieja buena costumbre de Bonus Track los viernes, sumado a todo el carrerío que tenemos por delante. Incluyendo la Nike, que ya se viene y es mi aniversario en esta locura de correr y correr...)

miércoles, 7 de octubre de 2009

Tres de Tres: Race Report Salomon Salto del Penitente

(Elba Reel y el Arroyo del Penitente: dos viejos amigos se vuelven a encontrar)

Empecemos por el principio, como se debe.
Cuándo decidí correr esta Salomon?
Si mal no recuerdo, fue enseguida de que el Dr. Hielo me prohibió volver a correr una carrera aventura en mi vida. A la vista estaba lo que la Sierra de las Ánimas había hecho con mi rodilla.
“Y para qué consultás al médico, si después no le das bola?”, preguntó el Pingüino con su habitual agudeza.
“En realidad, me dijo ‘No más maratones por este año, no más carreras aventura nunca más’. O sea, le hago caso en 1 de 2, no está TAN mal!”, respondí.

Y bueno! El circuito no iba a ser tan duro (NdeR: salvo que uno vaya a hacer el París-Dakkar a gamba, no existe circuito más duro que el de la Sierra!!!).
Mi rodilla estaba 100% recuperada y yo no había corrido una maratón la semana anterior, como sucedió con la Sierra…
Y la idea era ir a pasearla, sacar lindas fotos, pasar un buen rato con mis amigotes y cumplir el 2º objetivo del 2009: completar las 3 Salomon.
O sea, era una desobediencia con criterio ó, al menos, con un motivo válido.

Allá salimos a armar el grupete, cosa de abaratar la inscripción con el promocionado “pagan 5 y corren 6”.
Lo divertido es que uno ahorra en la inscripción y el día de retiro del kit seguro sale con algún “chiche” en una bolsa.
La última vez, me fui con un gorro. Pero esta vez me discipliné.
Retiré los kits sin gastar extra. Nuevamente salí desilusionada, porque la remera es TAN grande y masculina que terminará en el fondo del placard y no corriendo por la Rambla conmigo…en fin.

Llamadas y sms iban y venían coordinando la excursión dominical.
Parecía que Duke iba a llegar al Penitente al estilo Marajá, rodeado de su harém.
A último momento, el mujererío se dispersó y quedé yo sola.
Sola, es un decir. Ya le había avisado, pero el pobre Duke no pudo ocultar su asombro cuando me vió bajar del ascensor con un cargamento tan abultado como el que hubiera llevado alguien normal para el Cruce de los Andes.
“Te mudás?”, se le leía en la cara, pero el Duke no hizo ningún comentario.
Allá subimos el soporte de bici de los Panther (NdeR: prestado para mi frustrado intento de convertirme en duatlonista), la mochila con ropa para cambiarme, la camelbag, el kit de Marce, la bolsa con el Combo Pingüino para desayunar en el camino y la torta de cumpleaños de Panther. Repito: le había avisado antes…

Partimos rumbo a Lavalleja, medio desacomodados por el cambio de hora oficial que nos había restado una hora de sueño.
Además de eso, a mi se me había pasado la hora dejando todo listo para la excursión, por lo que tampoco me había acostado temprano.
El viaje transcurrió tranquilo, con varias “paradas técnicas” en cuanta estación encontramos. Parece que piloto y copilota nos habíamos tomado en serio el tema de la hidratación pre competencia.
En el medio, llamadas con el Panthermóvil y Harley Chilenson para coordinar un encuentro en ruta que nunca pudimos concretar.

El Duke había impreso prolijamente el mapa de acceso al Penitente, donde marcaban las dos posibles entradas.
La más lejana era la recomendada: era la que estaba en mejores condiciones.
Menos mal! Los 7km que separaban la ruta del acceso al Penitente parecieron de rally.
Curvas cerrada, pozos, pendientes de-esas-que-te-vas-de-boca…
Pero el piloto no se amedrentó y llegamos en buenas condiciones al estacionamiento que se había armado a unos cuantos metros de la largada.

Llamadas para ubicar al resto. Marce ya estaba junto al arco de largada, esperando su kit. Los demás hicimos punto de encuentro en el Dukemóvil.
Besos de feliz cumpleaños a Panther. Anécdotas de la carrera de Las Piedras con Trota Chill Out post competencia, cortesía de los locatarios.
Arrancamos con los preparativos, mientras aparece el Colo, que había madrugado para ir a acompañarnos. “Por algo soy el Colo de la gente”, dijo.

Detecto problemas: la f*cking camelbag tiene la bolsa pinchada. Por suerte, el Clight Hidrade no llega a la cámara de fotos. Uffff.
Elimino la bolsa y decido confiar en la abundancia de los puestos de hidratación. Mochilita a la espalda y me ajusto las correas solita, pa’ los que desconfían de mi motricidad.
Los varones del equipo arrancan campo adentro para el consabido pis pre carrera.
Ale P y yo nos miramos…por qué nosotras tenemos que hacer la fila para el baño???
“Vos tapame que yo te tapo a vos”, le dije mientras buscábamos un arbusto discreto.
La pobre Ale revoloteaba alrededor del arbusto, ya que los cazadores de baños agrestes no paraban de pasar mientras yo intentaba concentrarme en la tarea (NdeR: la experiencia de un Pilsen Rock y dos partos reducen sensiblemente el pudor humano en relación al tema).
Solucionado el particular, nos reunimos con el resto y arrancamos cuesta abajo, rumbo a la largada.

Mucho movimiento, muchos corredores y muchos acompañantes.
No hubo nadie del grupete que no parara a saludar a amigos y conocidos. Una especie de “efecto Coach” generalizado: no avanzábamos un metro sin abrazarnos a los gritos con alguien.
Entre tantos, justo nos volvemos a cruzar con Miguel de Rochaventura. Esta vez, fui yo quien lo saludó ya que “sin la remera oficial no te reconocí!”, me dijo.
“Negraaaa!!!”, escucho. No podía ser otra: mi amigota Lola y su equipete de Saladas se preparaban para largar. Con la cámara en una mano y su perro Tai en la otra (NdeR: sí, el perro de Lola cabe en una mano femenina promedio), registraba la previa de la carrera.
Siempre presente en las carreras aventura, Ariel B también se acercó a saludar. Desde mi maratón que nos veíamos!
Encontramos a Marce y le entrego el kit. Arrancamos con la sesión de fotos y los estiramientos.
El arco que tenemos al lado es el de la llegada, parece que la largada es campo adentro.
La caminata hacia el lugar oficia de calentamiento.
A esas alturas, ya perdimos a Chile. Los demás logramos juntarnos y hacer el choque de manos tradicional.
Casi no terminamos de decir “buena carrera”, que vimos a los de adelante salir desaforados y los seguimos.

A pocos metros, ya había que meter los pies en el agua. Claro, si uno era un poco menos atropellado que quien suscribe, había chance de mantener los championes secos un rato más.
Pero no.
La bestia se mandó como vino y los Pegasus se perdieron bajo una gruesa capa de barro.
El recorrido seguía por pasto hasta el km 3, aproximadamente.
Allí, el primer puesto de hidratación también era el mojón donde se separaban las carreras: endurance tomaba a la izquierda, short hacia la derecha.
Me dio pena que Ale no siguiera con nosotros. Tenía sentido que se cuidara (NdeR: había corrido la 10k de Las Piedras el día anterior y a la noche tenía el festejo de cumple de Panther), pero hubiera estado divertido correrla juntas. 2010 nos dará revancha!
Así que quedamos Duke y yo.
Ya había avisado que mi idea era “pasear”, pero no imaginé que llevaría TAN a la práctica mi afirmación.
Arrancó allí un auténtico desafío para la psiquis de esta corredora-mediopelo-promedio: vencer el combo trecho embolante+interminables pendientes+salado viento en contra.
Hasta el km 10, el recorrido podía reproducirse en laboratorio. Usted necesitará una cinta de correr, una televisión, un reproductor de DVD y una filmación de un campo atravesado por un camino de balastro, en formato compatible con el reproductor.
Listo?
Bueno. Coloque el DVD en el reproductor y encienda la tele. Programe la cinta con una inclinación de 20º. Súbase y empiece a correr, siempre mirando la filmación en la tele.
Una cosa así, pero sumándole un viento frontal de la chadelalora!

Iba TAN arrastrando las patas, que me daba cuenta de lo mal que estaba pisando y el temor por mi rodilla revivió.
Duke me esperaba, el pobre ya se había resignado y aprovechaba a sacar fotos.
No hubo manera de convencerlo de que siguiera, así que le puse un poco de empeño para remontar un poco el tiempo, porque de verdad que era más lo que estaba caminando que lo que corría.
Pero el camino no daba tregua y la rodilla empezó a molestar. “Nooooooo!!! No puede estar pasandoooo!!!” pensaba yo, aunque el dolor era más bien en la parte interna y no sobre la rótula como la vez anterior.
Igual, no iba a arriesgar NADA y le señalé a Duke que iba a seguir caminado, porque estaba dolorida.
Casi al mismo tiempo, apareció la alfombra de control de los 10k y enseguida salíamos del balastro para entrar al campo (y a la bajada!!)

El cambio de dirección era bastante brusco, así que el tema del viento también mejoró.
Sumado al pastito y la bajada, me sentí con fuerza para apretar el paso y la rodilla dejó de molestar.
Ahí recuperamos bastante y también nos motivamos con el paisaje, que en verdad era espectacular en ese tramo.
Más fotos y la consiguiente pérdida de posiciones que habíamos recobrado. No importaba. Valía la pena olvidarse de la carrera y del crono para disfrutar de lo que veía.
Hermoso como la Sierra, pero mucho más apacible.
Se respiraba una especie de armonía muy particular, algo similar a cuando les contaba aquella corrida en las afueras de Melo, donde el paisaje parecía “cantar”.
Aquí pasaba algo de eso.

El Arroyo del Penitente pasaba como un hilito por el recorrido. Yo tomé de su agua por primera vez hace como 15 años, y casi no recordaba la última vez que lo había hecho.
Pero me acordaba de que era el agua más deliciosa que había probado.
No me quise privar de renovar esa comunión con ese lugar que tanto me gusta, y paré sobre las piedras para llevarme un poco del Penitente otra vez.

“Como un hilito”, dije? JA! Al rato de seguir troteando por la bajada, nos encontramos de cara al arroyo…al PROPIO arroyo!
No pude evitar recordar el porrazo en la primera Salomon, así que no objeté nada cuando Duke me agarró la mano para cruzar, como si de una octogenaria se tratara.
“Te das cuenta las cosas que tengo que hacer para agarrar de la mano a tu marido”, le había gritado a Ale B en aquella oportunidad. El Popoto había venido en mi auxilio cuando me reventé contra la roca.
Salimos ilesos y seguimos camino, con los championes crujiendo.

Más campo y más bajada. El GPS de Duke decía que la llegada estaba muy próxima.
Pero faltaba algo. El murmullo de los corredores que venían adelante presagiaba algo bravo.
Una pendiente de unos 200 mts cortaba nuestro apacible recorrido de pastito y piedras.
Un “camino de hormigas” con camisetas azules se destacaba a lo lejos sobre esa cuesta.
Parecía más grave de lo que era: a diferencia de las Ánimas, la subida era bastante accesible dado que no era tan empinada. Y había casi una escalera formada por piedras, lo que facilitaba enormemente la tarea.
La llegada a la cima ameritaba un parate para disfrutar de la vista.
Era realmente emocionante. Lejos quedaba cualquier pena o cualquier preocupación. Aquel lugar estaba en perfecto balance. Y yo estaba conectada con esa perfección en ese momento.
(ADVERTENCIA: el siguiente será el “Párrafo Paloma” de todos los reporte de Elba Reel. Si Ud. es alérgico/a a los lugares comunes y a la sensiblería barata, consulte a su médico antes de seguir leyendo).

Me saqué los auriculares.
Todo estaba TAN en orden. Me acordé del disco de Buceo Invisible: “cierro los ojos y todo respira”. Y todo parecía respirar a mi ritmo. O yo al suyo.
Miré hacia el otro lado.
Banderas de Salomon y el arco de llegada se veían desde una increíble perspectiva.
Era todo parte de lo mismo: sólo había que dejarse llevar por la bajada, y la tercera Salomon estaría cumplida.
Busqué una linda canción. Ni motivante, ni cool, ni que me marcara un buen ritmo.
Sólo una linda canción. Y allá fuimos.
Pisé la alfombra en 02:18. Saludo con Duke y con el resto del Troterío.
Misión cumplida. 3 de 3.
Me puse a recordar todo lo que me había llevado hasta allí. Como fue que decidí correr una carrera aventura, y como corrí la siguiente.
Siempre digo que hay carreras que siempre quiero correr. La Salomon se ganó un lugar entre esas.

Y después, qué? A comer, obvio!!! Saben el hambre que juntamos en 18km?!?!? Y eso que el puesto de Gatorade y frutas estaba de lo más abastecido.
Pero había tortas caseras en el auto y un cumpleaños para celebrar.

Hace un par de días recibí mail de la organización. Hacían una breve reseña de las repercusiones de la carrera y los resultados. Pero lo más interesante: avisaban que ya están laburando para la serie 2010…
Con qué lugares alucinantes tengo que empezar a soñar???

…………………………………………………………………………………………….
FELICITACIONES a Jorge y toda la gente de SUCA, por otra carrera que se disfrutó muchísimo.
Era realmente muy difícil bajar las expectativas después de la Sierra.
A nivel de recorrido, creo que el anterior fue muy superior. Pero la organización fue impecable en el Penitente. Hasta esos primeros 10k torturantes fueron un gran desafío!
Nos vemos en la próxima.

sábado, 3 de octubre de 2009

Tomálo como de quien viene


Hace unos días atrás sostuve un intercambio acerca de conversaciones y vínculos.
Me explico un poco: el tema salió a raíz de la hora de la cena y las charlas que se dan o no en ese momento.
Mi contraparte sostenía que era normal quedarse sin tema, que no había que alarmarse si uno se quedaba callado mirando el fondo del plato y no la cara de su pareja, por ejemplo.
Yo digo que no es así (NdeR: no voy a referirme a las charlas con los hijos, ya que dadas las edades de las mías, aún no tengo experiencia al respecto).
Y no digo que, con tal de mantener una conversación, haya que hablar del tiempo (NdeR: pocas cosas me ponen de peor humor que me hablen del clima, sobretodo si el que habla es el taxista que me está llevando).
Lo que yo digo (y esto es absolutamente personal y discutible) es que el interés de la charla no reside en el tema en sí, sino en QUIEN lo dice.
Y a mi me pasa que las cosas más triviales se vuelven fascinantes en boca de alguien interesante. Puede ser mi hermana, mi pareja, mis amigos…no importa: si el que habla es interesante, sus dichos tienen altas probabilidades de serlo también.
Es una de las mil formas en que yo creo que se construyen los vínculos.
Es ese “ser compañero”, ese disfrutar de compartir con el otro. Lo que se comparte es anecdótico, porque el verdadero placer reside en compartirlo con “ese” alguien.
Puede ser un gran programa para uno, otra vez será algo importantísimo para el otro…pero “el hecho” no deja de ser una buena excusa para pasar el tiempo al lado de alguien que hace que la vida sea fabulosa.
He comprobado que tener cosas en común estrecha lazos, pero…es menos válido compartir algo que no se tiene en común? ELEGIR hacer algo por el gusto de estar con alguien? Dejarse “convencer” de asistir a un evento o actividad porque sabemos lo importante que es para “el otro”?
No, no es menos válido.
Por eso no creo en esos silencios vacíos. Hay silencios que son necesarios, en la soledad de la meditación y también en compañía, pero son silencios que expresan mucho, que se acompañan de gestos o miradas. Y que no necesitan ser llenados a prepo con palabras: hasta da pena romperlos.
Compartir lo banal y lo trascendente con alguien que elegimos…pasar la vida con alguien que elegimos…casi nada.
A propósito, no mencioné que correr siempre me pareció un bodrio, hasta que mi querida amiga Pilar me dijo que no había nada mejor para sacarse el kilaje post parto.
“Pero yo detesto correr!”, le dije. “Y bueno – replicó – corré un par de meses, bajá los kilos que quieras y no corras nunca más!”
Mirá donde terminamos, Pili

Every breath you take - The Police

Vale cantar. Yo me la llevo al Penitente, el domingo corremos la Salomon.
Entre el lunes y el viernes (con suerte!) vuelvo con el race report y alguna otra reflexión chota para aburrirlos como hoy...

Buen finde y buenas corridas para todos.